domingo, 29 de septiembre de 2013

Al día de hoy...

Al día de hoy, el arte contemporáneo es un espejo en el que nos miramos, con la estupidez y la brillantez que eso implica. El arte contemporáneo tiene la función histórica de plantearnos preguntas más que de dotarnos de respuestas, nos pone en contextos extraños en los que sería imposible ubicarnos en una sociedad que se mueve entre la razón, la función y la estética (una estética que tiene que responder a la razón y a la función). A mí me parece que el arte contemporáneo nos ha permitido a quienes quieran explorarlo, hilar delgado en el alma humana y ver brotar matices que la carrera la producción en serie no nos permite distinguir. Saca lo mejor y lo peor de nosotros, es un reflejo reflexivo de nuestros vicios y nuestras luces. Este arte se sale del molde y del formato, nos deja sin un límite claro y visible para separar arte de lo que no lo es, y eso no me parece malo, porque las cosas a final de cuentas no vienen empacadas y etiquetadas, sino que están ahí todas entremezcladas conviviendo en un solo caldo, como realmente son. Es lo que es, es el arte que nos merecemos y de pronto un poquito más.



 Marina Abramović Marina Abramović, artista serbia del performance que empezó su carrera a comienzos de los años 70. Activa durante más de tres decádas, recientemente se ha descrito a sí misma como la "Abuela del arte de la performance". Wikipedia